miércoles, 13 de junio de 2007

"Bienvenidos!! al blogs WayuuIndi"

viernes, 8 de junio de 2007

miércoles, 6 de junio de 2007

Esquema

ESQUEMA

1) Cuento

2) Comunidades Wayuu a la vanguardia del Turismo

3) Mara reserva turística con nombre de Cacique:

4) Cojoro, una estrella Wayuu resplandece en el ma...

5) Sabiduría y experiencia Wayuu para alcanzar el ...

6) Petroperijá invierte un mil 65 millones de bolí...

7) Aguas dulces y artesanía Indígena

8) Machiques entrelaza sus valles de vida

9) Los Indigenas

1) Cuento

Los Guajiros


Autor: Antonio Pérez Esclarín

¿Quiénes Son?


Los Guajiros son el grupo más numeroso de indígenas Venezolanos. Viven en la Península de la Guajira que, si bien históricamente perteneció a Venezuela, hoy solo una décima parte de dicha península en territorio Venezolano siendo el resto de Colombia.

La población total de loa Guajiros se estima a unos 170.000 individuos. Son la raza arawaca y ellos se denominan “Wayúu” que significa “Nosotros” o “Gente”. A todos los que no somos indígenas nos llaman “Alijuna” que significa “Extranjeros”.

La sed da la Guajira


Azotada por los vientos alisios que arrastran las nubes, la península de la Guajira es una zona semidesértica, y su gran problema es la falta de agua. Durante nueve meses reina una gran sequía, y en esta época los Guajiros se surten de agua en casimbas y jagüeyes o posos que cavan en el piso. Suele llover en los meses de septiembre a noviembre. Los Guajiros esperan con ansias estos meses para sembrar sus semillas de maíz, frijoles, patillas, melones… Pero algunos años ni siquiera llueve en estos meses o no llueve lo suficiente, y entonces la sed y el hambre persiguen a los Guajiros. No tienen otro remedio que abandonar sus tierras y buscar otras menos castigadas por la sequía.

Por ello, muchos Guajiros han dejado sus tierras y sen ido a vivir a la ciudades (Paraguaipoa, Maracaibo…), donde trabajan, las mujeres fundamentales vendiendo mercancía que traen de Colombia, y ,os hombres en la construcción.

De hacho, se calcula que una quinta parte de la población total de los Guajiros viven ya en los barrios de Maracaibo.

Sin embargo, fue la sequedad de sus tierras y el carácter rebelde de loa Guajiros los que impidieron su desaparición o la total asimilación por los criollos.

Los españoles nunca pudieron dominar a los Guajiros y éstos siempre mantuvieron una gran independencia y orgullo social.

Durante la colonia, los Guajiros, que eran nómadas, se fueron convirtiendo en pastores y ganaderos. Las primeras cabezas de ganado las obtuvieron cambiándoselas a los españoles por perlas. Desde este momento, el Guajiro mide la riqueza de las personas por la cantidad de cabeza de ganado que posea.

Los Clanes


La sociedad Guajira esta dividida en clanes matrilineales; esto quiere decir, en grupos de parientes por la línea materna, pues, para el Guajiro, sólo son parientes de uno los familiares de la madre. Así, para un niño Guajiro, el defensor y representante legal no es su padre, sino el hermano mayor de su madre, es decir, su tío materno. Por eso, los niños Guajiros pasan con su madre los primeros años de su vida y luego van a depender de su tío materno, o sea del hermano mayor de su madre, del cual serán herederos cuando mueran.

Se calcula que en Guajira la hay como 30 clanes diferentes. Cada uno de ellos se asocia con un animal del que creen que ellos descienden. Los diez clanes más importantes, junto con sus animales distintivos, son los siguientes:

· Los Urianas con el Tigre;
· Los Pusháinas con el Báquiro;
· Los Epinayúes con el venado;
· Los Epieyúes con el Buitre;
· Los Iguanas con el Halcón;
· Los Arpushianas con el Zamuro;
· Los Jusayúes con la Culebra cascabel;
· Los Supuanas con el Aclaraban;
· Los Jayayiús con el Perro;
· los Hualiyús con la Perdiz.

Según los mitos Guajiros, los clanes fueron creados por el propio Meleiwa (DIOS).


Vivienda


La vivienda típica Guajira está hecha con varillas de YOTOJORO, el corazón seco del cordón. Por lo general, costa de tres partes: La cocina, El dormitorio y, entre ellos, separándolos y uniéndolos, una enramada, que es un techo sostenido por cuatro a más puntales, sin paredes, siempre en dirección del viento, que resulta por ello un lugar fresco y muy aireado. Allí reciben a las visitas, descansan la siesta y tejen sus bellísimas hamacas y tapices de un colorido muy vivo.

Junto a vivienda, suelen haber uno o varios correales, con cercas de cactus, para sus ovejas y cabras.

Vestido:
En cuanto a su forma de vestir, si bien el hombre prácticamente ha abandonado el típico guayuco, las mujeres siguen vistiendo con orgullo u elegancia sus hermosas y coloridas mantas. La manta es de origen español, pero las Guajiras lo asimilaron muy pronto y la convirtieron en un elemento cultural propio. Las mujeres adornan sus cuellos, tobillos y muñecas con distintos collares y brazaletes. Calzan unas sandalias con una gran borla de o algodón o lana en el empeine. Para protegerse del sol, se pintan el rostro con una mezcla de esporas de hongos, nuez silvestre y grasa.

El Blanqueo


Antes de poderse casar, la muchacha Guajira debe pasar por un periodo de encierro, conocido también como el blanqueo. A la llegada de la primera sangre menstrual, se le corta el cabello al rape a la muchacha y, vestida únicamente con su manta o totalmente desnuda y descalza, la acuestan en una hamaca y la levantan hacia lo alto. Así pasara tres día de riguroso ayuno, con los ojos clavados en el techo, para que su cuerpo vote las maldades de su niñez, y oyendo los canto de algún familiar entona para ella. A los tres días, por la madrugada, la sacan de la hamacan, la bañan con agua fría y la hermosean.

Le dan de comer mazamorra de maíz y el zumo de algunas plantas especiales, dieta que debe continuar por algún tiempo para que engorde. Y entonces comienza un largo encierro en una pequeña habitación donde no entra ningún hombre. La muchacha no puede salir de allí, debe hablar en voz baja, y su madre, tías o primas le van enseñando a hilar, tejer, y además oficios del hogar durante meses o incluso años, según la posición social de la joven encerrada.

Una fiesta con el baile de la chicha maya o “YONNA” señala el fin del encierro de la muchacha Guajira que ya es una “MAJAYURA” (señorita), que puede ser pretendida en matrimonio. Como en todas las fiestas Guajiras, se consumen grandes trozos de carne asada y corre abundante el CHIRRINCHE o licor. Para bailar la Yonna forma un circulo, sale al centro un hombre e invita a salir a una mujer. La Guajira se esfuerza moviendo ágilmente sus pies por pisar al hombre y tumbarlo, y este tiene que poner su habilidad en evitar que lo tumben.

Cada vez que la mujer logra su intento los espectadores ríen y festejan el hecho, y una nueva pareja sale al ruedo.

El Baile de la cabrita


El otro baile característico de los Guajiros, aunque hoy casi ha desaparecido, es el baile de la cabrita. Este baile siempre tiene lugar después de la época de lluvias, y es una ocasión especial para prestarse ayuda en las tareas agrícolas de limpieza del conuco.

El que necesita peones para limpiar un terreno, invita a un baile de la cabrita, y se encarga de proveer comida y bebida abundantes a los que van a participar. Durante el día trabajan, y en la noche se prende la fiesta.

Organizan una gran variedad de juegos y representaciones teatrales que consisten, sobre todo, en imitar las acciones y gestos de animales, o fenómenos de la naturaleza como la lluvia, la tormenta, etc.

El Matrimonio


El Matrimonio Guajiro establece que el novio, para poderse casar, debe pagar (DOTE) una determinada cantidad de cabezas de ganado y collares (hoy día se ha impuesto la costumbre de pagar también en dinero), a la familia de la novia.

Cuando un Guajiro pretende a una muchacha, lo comunica a su tío materno, y éste –o algún otro que el tío señale- va ofrecer un regalo a la familia de la pretendida. La aceptación del regalo supone la aceptación del novio por parte de la familia de la muchacha, y enseguida se fija la cantidad a pagar: si la muchacha es pobre, pueden bastar unos poco chivos; si es rica, el pago puede elevarse a cientos de vacas o millones de bolívares.

En el pago de la novia, deben colaborar los familiares del clan del novio; de este modo los parientes toman parte activa en hacer posible el matrimonio.

Si la esposa es infiel al marido, éste exige que se devuelva lo que pago por ella. El esposo ofendido recibe además, compensación por los parientes de su mujer por sus sentimientos lastimados.

Por lo que acabamos de decir, verás que no es exactamente que los Guajiros “VENDEN” a sus hijas, o que en la Guajira “SE COMPRAN” mujeres, como muchos andan diciendo por allí. Esta costumbre Guajira del pago tiene, más bien, un sentido más bello y profundo.

En primer lugar, el novio demuestra que realmente aprecia a la muchacha y lo demuestra con hechos. En segundo lugar, es una forma de que todo el clan del novio participe en el matrimonio, pues deben ayudar al novio a recoger la paga, y tercero, es un medio de asegurarse la finalidad de la esposa, ya que si ella es infiel, la familia debe devolver lo que se pago por ella más una cantidad por la ofensa de la infidelidad.

La Ley Guajira


La ley Guajira exige que se paguen los problemas ocasionados, y todo derramamiento de sangre. Para el Guajiro, la sangre es el lazo de la unión de la familia, y su derramamiento supone una ruptura de dicho laza y, por ello, toda la familia esta obligada a exigir una satisfacción.

Es tan exigente esta ley, que se debe pagar solo las heridas voluntarias, sino también los involuntarios –por ejemplo, las que uno ocasiona a otro jugando-, e incluso se debe pagar las que uno se hace a si mismo sin querer.

Del mismo modo, hasta los suicidios deben ser pagados por aquellos que directa o indirectamente ocasionaron que la victima tomata tal decisión.

En caso de heridas graves y, por supuesto, de muerte, la compasión exigida puede llegar a cientos de cabezas de ganado o de millones de bolívares, de acuerdo de la importancia social del ofendido.
Por lo general, primero intenten llegar a un acuerdo por las buenas. Para ello, el clan del ofendido envía a un palabrero que discute con el clan del ofensor el pareció a pagar por las ofensas. Si se aceptan por las buenas las condiciones del pago, éste se suele realizar en todas partes.

Mientras no se cobra la segunda, se mantiene enemistad, y sin algún miembro de uno de estos clanes se encuentra con otro del clan rival, tiene obligación de darse la espala sin dirigir la palabra. Con el pago de la segunda parte, las relaciones vuelven a la normalidad y la ofensa se considera totalmente pagada.

De no llegar a un acuerdo por las buenas, el clan ofendido tiene el deber de cobrar violentamentemente la ofensa, causando un daño semejante al que se le hizo a ellos. De este modo, la muerte solo podrá pagarse con otra muerte. En estas ocasiones, la Guajira arde bajo la violencia.

Entierro Guajiro
Cuando muere un guajiro, los parientes lavan el cuerpo del difunto, lo visten con su mejor traje y lo adornan con sus joyas y objetos queridos. Lo envuelven con una sábana o cobija y lo colocan en una hamaca.

Empieza entonces el velorio, donde las mujeres, con el rostro cubierto con unos mantos, se alternan para llorar al muerto con una especie de quejido largo y triste que repiten como ritmo lastimero.

Mientras tanto, los familiares del muerto matan varias cabezas de ganad y reparten la carne, junto con abundante licor, entre todos los presentes. El resto del ganado del muerto se repartirá, terminando el entierro, entre los asistentes al velorio.

Las ceremonias del velorio duran varios días –de acuerdo a la posición social del difunto- y, terminadas estas, entierran al muerto.

Pasados unos años de este entierro, los resto del muerto son desenterrados al amanecer; una mujer va limpiando bien los huesos, los coloca en una sábana, después de un chinchorro donde son velados de nuevo como la primera vez. Terminando el velorio los depositan en una tumba nueva.

Cuando han trascurrido años después de este segundo entierro, se hace el tercer velorio, donde se agrupan a una tinaja los restos y son arrestados en el cementerio del clan.

La vida después de la Muerte


Al morir los Guajiros van a jepira, “la tierra de los indios muertos”. Jepira es una península montañosa y desierta al noroeste da la Guajira Colombiana.

En jepira, los muertos se trasforman en “YOLUJA”, o “Espíritus de los muertos”. Estos suelen hacer cortas visitas a los vivos para inquietarlos. Se les suele encontrar al amanecer o al atardecer, mudos. Sin embargo, el modo más directo que tiene los Yoluja de comunicarse con los vivos es a través de los sueños.

Si uno sueña con un muerto, si le habla, esto significa que el alma se ha encontrado con un Yoluja que andaba vagando por ahí.

En jepira, los Yoluga vuelven a morir y se transforman en JUYA (lluvia), o en WANULU (espíritu portador de enfermedades y muertes). Para los Guajiros la lluvia no es otra cosa que los Guajiros muertos en otro tiempo. Por eso, cuando va a llover, se sueña con los muertos y las lluvias vienen siempre de Jepira.

De este modo, transformados en Juya o en Wanulu, los Guajiros muertos regresan de nuevo a la tierra como portadores de la vida o de enfermedades.

2) Comunidades Wayuu a la vanguardia del Turismo

Comunidades Wayuu a la vanguardia del Turismo


Shipispslairua Wayuu shia anakaja´a ma´in alu´u atamaa tü kasairua ee´yatü neekaa amünii süpüla shinnüin.

Si antes para los Wayuu su territorio era sagrado, ahora en el siglo 21 todo ha cambiado, porque la falta de oportunidades laborales lo ha llevado a desarrollar el turismo y permitirle a los blancos que conozcan más de sus usos y costumbres.

Vanesa Ibarra, una joven alta delgada, de piel morena y facciones Wayuu, recibe en su ranchería en esta oportunidad la vista de tres operadoras turísticas de las ciudades de Nueva York y Canadá. Refiere Vanesa “Esas visitas inicialmente fueron esporádicas, pero actualmente se ha hecho más frecuentes, estos destinos son muy solicitados por turistas internacionales.

Existen varias comunidades Wayuu que se dedican a atender a los turistas, les cuentan de sus costumbres, culturas y con ellos comparten leyendas y mitos alrededor del fuego.

Desde Bogotá trabajan con el etnoturismo, afirma la anfitriona, brindándole así al turista una nueva opción, hace 10 años se implementó lo que se conocía como las tardes de ranchería, en donde los grupos de visitantes llegaban a conocer un poco de la cultura Wayuu.

Aclara la joven, no fue fácil, pues a su mamá le toco pedirle un permiso a su abuela para permitir el ingreso de personas extrañas a su territorio ancestral.

Es bueno preciar, que las rancherías turísticas, pertenecen a familias Wayuu, que decidieron abrir sus puertas a los visitantes para atenderlos y hablarles de su cultura.


Fenómeno Empresarial:

El etnoturismo en la Guajira, es un renglón importante de su economía, así lo reconoce Carlos Stella, operador turístico que desde Nueva York llegó a la península, para conocer la forma de cómo los indígenas logran atraer la atención de otros sobre su cultura.

Una vez llegó a Riohacha, acompañado de tres personas más, se traslado hasta la ranchería Saiin Wayuu, allí lo recibió Vanesa, quien lo primero que le ofreció para expresarle su bienvenida fue un trago de Chirrinchi en una totuma, bebida tradicional de loa Wayuu.

Precisó Stella, sin embargo, que se debe trabajar en la publicidad más agresiva y dirigida a sectores puntúale que se interesan en el tema, pues el etnoturismo de la Guajira es para una clientela especial y definida.

El Gobierno:

Para la actual administración departamental, el objetivo es lograr que los operadores presten un servicio con calidad.

Así, lo afirmó, la directora de la oficina del turismo departamental, Lourdes Arévalo Gómez, quien dijo además, que el turismo cuando llega a la Guajira, lo primero que pregunta es sobre la cultura de las comunidades indígenas Wayuu, y eso es precisamente lo que se les muestran, cuando llegan a esos campamentos.

En ese sentido, es bueno precisar que el Guajira el etnoturismo se conoce como un fenómeno empresarial, además que los Wayuu siguen creando pequeñas empresas de desarrollo turístico que les permite evaluar su calidad de vida.

De otro lado, a través de la oficina departamental de turismo, se capacita permanentemente a los guías Wayuu, que se han dedicado a trabajar para promover el etnoturismo de la región.

Por su parte, el gobierno departamental de la guajira tiene bien que el desarrollo turístico es un renglón importante de la economía que se debe estimular, por ello en el plan de desarrollo, se tiene definido trabajar líneas estratégicas para promocionar el etnoturismo basado en el descanso de las playas, paisajes naturales y diversidad étnica.

Cabo de la Vela:

El cabo de la vela. En la alta guajira, esotros de los atractivos turísticos con que cuenta la región, y en donde la comunidad Wayuu empezó desde hace muchos años a trabajar aquí sin proponérselo. Llegar hasta el Cabo de la Vela, es una aventura para los turistas, en el camino se deleitan con el desierto de Aullaba y Carrizal.

El Cabo de la Vela, hoy ofrece atención especial a los visitantes, quienes pueden pasear y disfrutar de una agradable estadía en las posadas turísticas construidas y reacondicionadas por los habitantes de la región con el apoyo del gobierno nacional.

3) Mara reserva turística con nombre de Cacique:

Mara reserva turística con nombre de Cacique


Tü mmakaa Maara ee alu´ulu sa´atairua anakalüirua maa´in süpüla apasiajaanaa alu´upünaa kanülian shia atumaa nünülia wanee a´lülaashi.

Los altos cocoteros marcan el horizonte de un paisaje tropical, lleno de playas, gastronomía, artesanía, cultura e historias.

Salir de Maracaibo hacia el Municipio Mara, es una excursión llena de encantos para el turista que busca sol radiante, comida típica Wayuu y añu, frutas frescas, costas, un espectáculo lleno de palmeras.

Su orilla lacustre es un excelente mirador del imponente estuario lago de Maracaibo y al final del panorama se observa el trío de Isla Toas, Zapara y San Carlos.

El colorido y frecuentado San Rafael del Moján es la capital de Mara, región de pujante adelanto agrícola y frutícola destacando sus dulces patillas y uvas, así como la actividad pesquera y la extracción del carbón y petróleo.

Desarrolla una dinámica actividad turística por los atractivos naturales que heredo de sus antepasados. Posee un paisaje variado de bosque seco tropical, un suelo montañoso y la planicie aluvial del Rió Limón.

Mara ofrece un vasto abanico de posibilidades para satisfacer al más curioso de los turistas, sus playas de fina arena, aguas cristalinas que van desde calmadas hasta fuerte oleadas, es uno de los atractivos que ofrece este municipio caribeño.

El añu, recurso humano orgulloso de Mara:

En el Municipio Mara podemos ver muy de cerca una muestra del mestizaje étnico del Zulia, encontramos expresiones culturales con elementos aborígenes arahuacos, hispánicos y africanos todos armoniosamente mezclados lo que merecen una identidad propia.

El añu durante décadas se ha destacado por ser emprendedor, trabajador y dedicado a varios oficios representativos en el desarrollo económico de la comunidad y la región. Son excelentes fruticultores, oficio que han desempeñado hábilmente y con exitosos resultados. Gran cantidad de mareases realizan labores en el cultivo de la uva, la viticultura. Los frutos del mar que se consumen y comercializan en el estado Zulia, son extraídos por las redes de los pescadores de Mara, en el campo de la construcción ocupa posiciones de importancia, de igual forma, en la minería, artesanía y gastronomía. Una de las actividades más destacadas: Su simpatía y hospitalidad.

Para disfrutar con los cinco sentidos:

A una hora de la capital de Mara encontramos un paisaje montañoso, pero también es dueña de una vegetación, cardones, jobo, apamate, cedro: así como su fauna está compuesta por tigres, tigrillos, zainos, guacamayas y loros.

El Rió Limón, siendo este el más caudaloso, se forma por los afluentes Guasare y Socuy, con este último se han constituido la represa de Manuelote y con el Cachiri la de tulé.

Kilómetros de la orilla de la playa marcan la geografía del tórrido municipio, que la convierten en el área de disfrute y esparcimiento para los turistas. En cuanto a su deliciosa gastronomía se puede degustar a lo largo de su territorio, en restaurantes típicos, el pescado frito, las huevas de pescado, bocachico relleno y el pargo.

Si quiere disfrutar de un espectáculo natural incomparable puede llegar hasta el trompo, lugar ubicado en la desembocadura del Rió Limón, lleno de un verdor radiante, brisa fresca y sobre todo ese paisaje impecable para deleitar los sentidos.

4) Cojoro, una estrella Wayuu resplandece en el mar:

Cojoro, una estrella Wayuu resplandece en el mar


Kijolü shüliwala Wayuu kejerolosü palaairüku.

La cultura Wayuu se respira en esta calurosa tierra, mientras se pasean por unas playas que reflejan el cielo de sus aguas. Sus mitos permanecen vivos en la creencia popular, ante animales misteriosos que se ocultan para atacar inesperadamente.

Al pie de las miserias de Walitpna cuando la noche a caído por completo, destella una luz blanca e incandescente.

Desde lejos se pude apreciar este reflejo, el misterio del Kerralia, que poco a poco se va acercando para adoptar forma de tigre o iguana gigante y según cuenta la mitología Wayuu, ataca a los hombres de mal proceder. Esta leyenda, aun mantiene el vilo las noches de los habitantes de Cojoro, una comunidad perteneciente al Municipio Páez del Zulia, en la media guajira.

Alrededor de los años 30, familiares del clan Apushana y Uriana comenzaron a poblar Cojoro. Diez años después, por la sequía que existía en aquellos poblados, llegaron los Sapuana, acompañados de la gente proveniente de Castillete y de localidades aledañas.

Con una vegetación árida y un clima seco en una región cargada de cultura indígena. En los caminos de tierra, en donde se forman tolvaneras, los Wayuu anda en burros, arreando sus rebaños de ovejas, mientras que las mujeres vestidas con su tradicional Wayuushein (manta) y pañuelos en su cabeza, caminan largas distancias bajo el inclemente sol, como si este no existiera.

Playas planteadas que invitan a sumergirse adornan diariamente estas tierras refrescadas por el copioso mar del golfo. Las aguas se encuentran ocultas detrás de la abundante vegetación de cugíes y cardones, entre blancos medanales sobre las que reposan los arbustos.

El medio del sustento tradicional se fundamenta en la pesca y el pastoreo, por el que el turismo no significa una empresa sólida que constituya fuente de empleo permanente, sin embargo, el arraigo cultural de este pueblo está forjándose como la base para desarrollar nuevos proyectos de servicios turísticos.


Turismo estrella:


Una de las familias mas antiguas de Cojoro, de clan Sapuana, guiados por un apego a sus tierras, fundaron hace tres años la Cooperativa familiar Shiliwala (estrella) que nació para ser pionera en el desarrollo turístico de la región. Sus miembros son habitantes de la comunidad y con visión clara han inclinado una experiencia que ya comienza a tener éxito.

Las manos laboriosas de miembros de esta comunidad, levantaron 13 cabañas, hechas de palma y vara. El bohío principal cuenta con una pista de baile y un restaurante que abre desde la mañana para ofrecer las tres comidas del día, desde la sazón de Maria, fundadora de la Cooperativa, será el ingrediente principal de platos típicos como tortuga, pescado y ovejo.

Al ritmo del yonna se recibe a los turistas mientras jóvenes parejas bailan al compás del Kaasha con coloridas y ondeantes mantas. Ha sido una meta de los miembros realza las tradiciones, Mery González, pertenece a la Cooperativa y con entusiasmo invita a participar a los turistas para que estos disfruten: “Nosotros promovemos y mantenemos la cultura Wayuu. Queremos que las personas conozcan lo que somos y lo que hacemos, algo autónomo y propio. El objetivo es convertir nuestra región en un centro piloto de turismo en la guajira”.

Para conocer las comunidades cercanas, están a disposición ocho burros mansos, sobre lo que se puede pasear y visitar sectores como Wososopo, Marimaiki, Walantalao y Pulumau. En este recorrido se llega a Pososh donde florece un cerro blanco que cuenta con cuevas profundas a las que pocos se atreven a ingresar.

Aquí estará esperando los pescadores para ofrecer paseos con lanchas para toda la familia y si se quiere aprovechar la ocasión para pescar alguna raya y tenerla de reserva para la cena.

5) Sabiduría y experiencia Wayuu para alcanzar el desarrollo integral

Sabiduría y experiencia Wayuu para alcanzar el desarrollo integral


Las cabras y las ovejas han acompañado la vida del pueblo Wayuu desde tiempos ancestrales, aunque la llegada de estos animales a nuestra tierra se asocian directamente como el memento de la colonia, siendo parte del sincretismo cultural de los mundos encontrados, la cría de estos animales es desde entonces, parte de la idiosincrasia de esa étnia, y utilidad mas allá de ser un complemento en la Yoruba representa una oportunidad única, para contribuir tanto al desarrollo material de estas comunidades, como al valor incalculable de conservar y difundir la invaluable joya de las costumbres y tradicional Wayuu.


Esperanza, trabajo y techo:


Como el propio youruna, que con frecuencia se desliza entre las áridas tierras de estas comunidades y resiste largos soles y lunas, el pueblo Wayuu enfrenta duras pruebas antes las difíciles condiciones de vida de la zona. Por ello la contrición de 30 viviendas con un área de 70 metros cuadrados cada una, eleva la calidad de vida de las familias incorporadas a las unidades de producción familiar.

Wayyu que habita en la zona, caracterizada por la escasez de agua, la inexistencia de servicios básicos, la carencia de las actividades productivas, y los suelos secos y arenosos, lo cual contribuye constantemente a la amenaza latente que ellos enfrentan de tener que abandonar sus tierras ancestrales.

Este es un esfuerzo mancomunado donde interviene: la comunidad, la empresa mixta Petroperijá. La Corporación Venezolana de Petróleo, (CVP), la Alcaldía Bolivariana del Municipio Páez, a través del Instituto Municipal de Desarrollo Agropecuario y Afines de Páez,(INDAA-Páez), las diferentes misiones, así como algunas empresas contratistas.

6) Petroperijá invierte un mil 65 millones de bolívares en la comunidad wayuu

Petroperijá invierte un mil 65 millones de bolívares en la comunidad wayuu:


Tü a´yataalü petroperijá münakaa shi´itaain wanee miirü 65 millones neerü sulu´u woliiwarüin shia süpüla anaataa jee akaalijaa shipiapa´a wayuuirua.

Petrperijá sostiene el desarrollo e impulsa la calidad de vida en el municipio Páez. 50 familiares wayuu beneficiadas con trabajo y techo digno, más de 200 nuevos empleos generados, en las Parroquias guajira y Elías Sánchez Rubio del Municipio Páez. Nuevos soles iluminan las tierras de nuestros ancestros.

En un esfuerzo mancomunado con la comunidad con la comunidad y diferentes actores, la empresa mixta petroperijá, filial de PDVSA, invierte un mil 65 millones de bolívares en beneficio de las comunidades de Varilla Blanca, Alitáin, Yoruna y las Veritas y las veritas, en las parroquias guajira y Elías Sánchez Rubio del Municipio Páez.

El núcleo de desarrollo Endógeno de Youruma (NUDE – Youruma), involucra 50 familias beneficiadas y genera más de 200 nuevos empleos. Este proyecto se esta ejecutando desde el 2006 y se espera alcanzar el total de las metas planteadas pastoreo en sus alrededores, así como la conservación del agua en jagüyes cercanos, para enfrentar los graves problemas de abastecimiento del preciado líquido en esta zona.

Este sistema se complementara con un centro de recría para la recuperación de la calidad genética de los animales, a partir de la selección adecuada de algunos ejemplares, para el cruce entre razas con mayores posibilidades de adaptarse al medio.


Con real y medio:


Además de la cría de ovinos y caprinos se anexan la producción del queso y de diversos productos lácteos, así como el tradicional dulce de leche de cabra, igualmente, las pieles de los animales tendrán uso como materia prima en la producción industrial de calzados, todo esto en los mercados cercanos, sumando esfuerzo paulatinamente, según los niveles de producción.

7) Aguas dulces y artesanía Indígena

Aguas dulces y artesanía Indígena


Wain jemetsü kasairua sukumala wayuu atamüinree.

Los perijaneros se han identificado con unas gastronomías diversas y riquísimo, como el casabe, cachapa, yuca, topochos y la variedad de quesos, que hacen de Machiques un recurso turístico por excelencia.

Machiques de Perijá constituida por cuatro parroquias, cuentan con suelos que están conformados por la comulación de sedimentos, materiales orgánicos con abundante reserva mineral donde la actividad pecuaria es la base de la economía municipal y del estado Zulia, aspectos que la identifican como el centro con mayor desarrollo urbano del área occidental.

Sus pobladores producen artesanía autóctona de indígenas wayuu, yukpa y barí, joyas artesanales que roban miradas de todo visitante, por ellos las orillas del Rió Kunana y Rió Negro, se convierten en el mejor espectáculo visual para los turistas.

El trayecto desde Maracaibo hacia kunana, es de dos horas y el camino rebosante de árboles de dramáticas formas, propias de geografía, lo hacen interesantes.

Todo el viaje es una verdadera delicia, y a lo largo se puede ir descubriendo la majestad de la naturaleza Zuliana, diversas y pródiga. Al pie de la Sierra de Perijá está es Rió Negro, al que descienden las aguas del Rió Kunana. El balneario cuenta con 16 bohíos, dotados con mesas y bancas, se le brinda al visitante asadero para parrilla.

Allí ofrecen sus obras de artes reflejadas en chinchorros tejidos sencillos y doble cara, collares, carteras, cestas y hasta un “Arbolito de taparitas”, como lo dice su creador José Crespo, quien baja de las sabanas de Machiques hasta estos lugares de esparcimiento para ofrecer magia en su artesanía.

Caballeriza presente.
El paseo a caballo, es otra alternativa que sirve se recreación para los turistas. “Les doy dos vueltas a la persona y le cuento historias de aquí, canto, los turistas son mis pasajeros preferidos, además trabajo para sentirme útil y colaborar con mi familia”, comenta Yoendry Romero joven que entrena sus caballos para llevar a cabo esta actividad que atrapa a todos los visitantes.

Sus principales pobladores indígenas wayuu adornan las orillas de estos Ríos y dejan a su paso una identidad que se mantiene en el tiempo. “Nosotros estamos rescatando nuestras lengua, nuestra tierra porque aquí en este territorio hay mas que una artesanía, también historias que marcan la identidad, por eso, es un Ortuño sentirnos protagonistas del turismo en el municipio Machiques”, expuso María Teresa Yaspín II Cacique de la Toromo.

8) Machiques entrelaza sus valles de vida

Machiques entrelaza sus valles de vida

Sutura Machique mainmaputsu sutura tü mmairua wulehii shipijaakalü anainjee.

Machiques, lugar de sabanas, ofrece un extraordinario paisaje de clima de montaña, representado por la Sierra de Perijá. Tanto los elementos naturales y culturales actúan como recursos turísticos.

Sierra girve de selva erguida que con brazos de fresca humedad, entrelazan sus valles de vida hasta un lago de inmensa heredad. Mestizaje a su tierra entregado, recia fibra de Zulianidad, pueblo noble de Dios bienamado es ¡Machique de Perijá! Con este estribillo del compositor Víctor Hugo Márquez García, aventureros un viaje a conocer el sabor de la vida en la Sierra de Perijanera.

De relieve y clima contrastantes, el municipio Machiques lleva un nombre contradictorio: Machiques significa lugar de sabanas, mientras que Perijá, del vocablo indígena aperará, traduce superficie áspera, montañosa. Y es que este municipio arranca desde la misma orilla del lago en su costa occidental hasta alcanzar de 3 mil 370 metros de altura en la Sierra de Perijá.

Tokuko lugar encantado de religión:

Nuestro pasajero abordo, Rafael José Vargas cronista de Machiques, nos cuenta. “en el segundo semestre de 1945, dos sencillos frailes capuchinos llevados de la mano por su fe, y fiados en la palabra de Dios se adentraron en plena selva en buscas de almas y el 2 de octubre, después de unja larga y tortuosa travesía, llegaron a orilla del rió tokuko para dar definitivo inicio a la misión de los ángeles del tokuko.

¡Sentate aquí, mira pa´rriba allá está Eugema, nuestro Dios, cuando hace la tarde, yo preparar mi grupo, pinto la cara, agarro mi tambor y canto. Viene bajando los yukpas de la Sierra de Perijáááá, cargados de necesidades, vienen bajando los yukpasssss!, así con orgullo, tambor en mano, sombrero de plumas de tucán y collar de pepas de zamuco, canta Rafael Wilche maestro cantante de la población del tokuko.

Para Wilche, en la Sierra de Perijá el yukpa se saborea la vida, ellos se encuentran arraigados a sus raíces costumbres y suelo árido, no olvidan las semillas de la suerte que la proporcionó su Dios Eugema, ni olvidan el recibimiento con chicha fuerte al nacimiento de un niño en la tribu. “Aquí cuando nace un varón, al mes de su alumbramiento le cantamos, bailamos y el cacique le da el alimento que lo hará fuerte pa´vivir en esta montaña, el niño debe comer avispa asada al mes de nacido”.


Crecimiento cultural

Aunque estén muy arraigadas las creencias en un Dios que le dio las semillas para que sembraran sus vidas, el tokuko ha crecido en los últimos años. Existe un internado que data del año 1952 y en la actualidad representa el padre Adrián Setiem, éste rincón de Dios que funciona para loa habitantes de las 29 comunidades adyacentes a esta población, igualmente existe la casa de la cultura, una oficina del Instituto Nacional de Parques y la junta parroquial, todo ello protagonizado por los indígenas yukpa de este sector de la Sierra de Perijá.

Tejido su Arte:

Pero los indígenas de esta tierras montañas entrelazan sus creencias con el tejido de cartera hechas con la fibra de la planta pug (palma). Sombreros. Una vez elaborados, los habitantes se colocan sus pañuelos en la cabeza y se montan en particulares camiones que corren a toda máquina arribando hasta Maracaibo para vender la artesanía, propia de su creatividad.

La aventura de montañas está a punto de desembarcar, sin embargo, el padre Adrián deja sus palabras al aire. “los indígenas representan a través de su arte la belleza física y espiritual de nuestros ancestros.

9) Los Indigenas

Turismo indígena: Posible desarrollo sostenible.

Tü kasa anachenniikaa süpüla e´iyatünaa jee apasiajaanaa apa´apünaa süuma´ana wayuu atamüinree; Eejeerü süpüla anaa akauwa´pa sükalujutin shia ka´i.

Si hay indígenas el turismo debe ser responsable e incluso con estos, si no se convierte en un instrumento para la degradación de la sagrada cosmovisión de los originarios.

Transitar por el desarrollo turístico mundial señala sin lugar a duda aquellas máximas filosóficas que reza, “Las civilizaciones pasan, aquello que no pasa es su cultura”. De manera que la oferta turística esta llena de improntas que desde el génesis de la humanidad indican que a lo humano le interesa lo humano, incluso más allá de su entorno y de sus necesidades. El contacto entre los visitantes y el nativo crea un vínculo que trasciende lo individual y lo genera un espacio para el intercambio de las verdades humanas siendo la excusa perfecta el turismo.

Sin embargo, una actividad de este tipo, basada tan solo en el negocio y beneficio del que opere, sin rastro de prosperidad para el que recibe y acoge al visitante, y aun mas para el que observa la destrucción inexorable de su hábitat y de la depredación de sus usos y costumbres, no es el nuevo turismo. El que vislumbramos es aquél que se basa en la oportunidad del crecimiento humano, en la no desvalorización de las tradiciones y costumbres, en el resguardo de la identidad del ser, del culto a la naturaleza, a la estética, en fin un turismo sostenible, como dirían los teóricos del tema.

La definición más cercana de lo sostenible es sin lugar a duda el Ecoturismo, modalidad que se centra principalmente en los desplazamientos humanos hacia espacios naturales con fines turísticos constituyéndose en una oportunidad para la conservación de los ecosistemas que componen el atractivo, sin ocasionar daño a sus recursos naturales y haciendo prosperas las comunidades cercanas o propias del destino.

El turismo sostenible ha migrado hacia otras modalidades que permiten incluir a sectores con alta depresión economía, atendiendo que el peor problema ambiental que existe es la pobreza, y que gran parte del impacto ambiental que se genera en los orbes viene asociados a los altos niveles de degradación humana y a la depresión demográfica que imposibilita el ejercicio de los derechos humano y el acceso a las condiciones mínimas que resguarden la dignidad humana de los sectores marginados de la sociedad.

Cuando algo intenta parecerse, pero no es:
el juego de la no verdad se establece en las sociedades como un elemento de distorsión que genera crisis y confusión en la asunción de posturas criticas antes situaciones que pudiesen ser provechosas para el crecimiento humano y la conservación planetaria, pero terminan siendo la antitesis de su origen, tal es el caso del turismo sostenible.

En la actualidad existen un furor mundial por el verde, europeos, asiáticos y norteamericanos son demandantes por excelencia del ecoturismo, encontramos destinos que centran su oferta en esta modalidad, Costa Rica, África Central, Brasil, Ecuador y Perú tienen fortalezas insoslayable con respecto a este. Pero hay otros lugares como la amazonia brasileña, islas del Caribe y Venezuela, que afectan a una ardid, salvo honrosas excepcionales, al decir que desarrollan esta actividad y en realidad sus operaciones no se diferencian en lo absoluto del turismo convencional de masas.

Y esto se puede asegurar, por ejemplo en el caso Venezolano, en los distintos selváticos o naturales a la participación comunitarias en las actividades turísticas es de observador, hay un impacto creciente en los ecosistemas naturales por prácticas inadecuadas. Además la promoción se basa en conocer indígenas y compartir con aquellos en dinámicas de etnoturismo.

Estas prácticas no han sido consecuentes con la dignidad humana de los pobladores originarios. La introducción de las operaciones turísticas en el hábitat indígena ha traído consigo transculturación, enfermedades, degradación ambiental y explotación humana. En algunos casos desplazamiento de su territorio en nombre del desarrollo turístico. Incluso, muerte despiadada y pérdida en la conexión con su cosmovisión misma.

En resumen el turismo para, por y con indígenas, es hoy una realidad, sus antecedentes se remontan al final de los años ochenta en Canadá, donde surge la experiencia de buenas practicas turísticas realizado por indígenas liderada por la Asociación de turismo indígena del Canadá, replicando experiencias surgidas con nativos en Honolulu y Hawai, los cuales definieron la no profanación de sus lugares sagrados y garantizaron a sus generaciones el orgullo de sus estirpe y la importancia de difundir su culturas en el intercambio con los turistas.

En América Latina, los modelos de turismo indígena que tiene mayor fortaleza están en México, Guatemala, Brasil, Perú, Bolivia y Argentina, recientemente Colombia y Venezuela se suman a esta experiencia, desde la cosmovisión indígena que surge hace un poco mas de veinte años.