miércoles, 6 de junio de 2007

8) Machiques entrelaza sus valles de vida

Machiques entrelaza sus valles de vida

Sutura Machique mainmaputsu sutura tü mmairua wulehii shipijaakalü anainjee.

Machiques, lugar de sabanas, ofrece un extraordinario paisaje de clima de montaña, representado por la Sierra de Perijá. Tanto los elementos naturales y culturales actúan como recursos turísticos.

Sierra girve de selva erguida que con brazos de fresca humedad, entrelazan sus valles de vida hasta un lago de inmensa heredad. Mestizaje a su tierra entregado, recia fibra de Zulianidad, pueblo noble de Dios bienamado es ¡Machique de Perijá! Con este estribillo del compositor Víctor Hugo Márquez García, aventureros un viaje a conocer el sabor de la vida en la Sierra de Perijanera.

De relieve y clima contrastantes, el municipio Machiques lleva un nombre contradictorio: Machiques significa lugar de sabanas, mientras que Perijá, del vocablo indígena aperará, traduce superficie áspera, montañosa. Y es que este municipio arranca desde la misma orilla del lago en su costa occidental hasta alcanzar de 3 mil 370 metros de altura en la Sierra de Perijá.

Tokuko lugar encantado de religión:

Nuestro pasajero abordo, Rafael José Vargas cronista de Machiques, nos cuenta. “en el segundo semestre de 1945, dos sencillos frailes capuchinos llevados de la mano por su fe, y fiados en la palabra de Dios se adentraron en plena selva en buscas de almas y el 2 de octubre, después de unja larga y tortuosa travesía, llegaron a orilla del rió tokuko para dar definitivo inicio a la misión de los ángeles del tokuko.

¡Sentate aquí, mira pa´rriba allá está Eugema, nuestro Dios, cuando hace la tarde, yo preparar mi grupo, pinto la cara, agarro mi tambor y canto. Viene bajando los yukpas de la Sierra de Perijáááá, cargados de necesidades, vienen bajando los yukpasssss!, así con orgullo, tambor en mano, sombrero de plumas de tucán y collar de pepas de zamuco, canta Rafael Wilche maestro cantante de la población del tokuko.

Para Wilche, en la Sierra de Perijá el yukpa se saborea la vida, ellos se encuentran arraigados a sus raíces costumbres y suelo árido, no olvidan las semillas de la suerte que la proporcionó su Dios Eugema, ni olvidan el recibimiento con chicha fuerte al nacimiento de un niño en la tribu. “Aquí cuando nace un varón, al mes de su alumbramiento le cantamos, bailamos y el cacique le da el alimento que lo hará fuerte pa´vivir en esta montaña, el niño debe comer avispa asada al mes de nacido”.


Crecimiento cultural

Aunque estén muy arraigadas las creencias en un Dios que le dio las semillas para que sembraran sus vidas, el tokuko ha crecido en los últimos años. Existe un internado que data del año 1952 y en la actualidad representa el padre Adrián Setiem, éste rincón de Dios que funciona para loa habitantes de las 29 comunidades adyacentes a esta población, igualmente existe la casa de la cultura, una oficina del Instituto Nacional de Parques y la junta parroquial, todo ello protagonizado por los indígenas yukpa de este sector de la Sierra de Perijá.

Tejido su Arte:

Pero los indígenas de esta tierras montañas entrelazan sus creencias con el tejido de cartera hechas con la fibra de la planta pug (palma). Sombreros. Una vez elaborados, los habitantes se colocan sus pañuelos en la cabeza y se montan en particulares camiones que corren a toda máquina arribando hasta Maracaibo para vender la artesanía, propia de su creatividad.

La aventura de montañas está a punto de desembarcar, sin embargo, el padre Adrián deja sus palabras al aire. “los indígenas representan a través de su arte la belleza física y espiritual de nuestros ancestros.

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