miércoles, 6 de junio de 2007

9) Los Indigenas

Turismo indígena: Posible desarrollo sostenible.

Tü kasa anachenniikaa süpüla e´iyatünaa jee apasiajaanaa apa´apünaa süuma´ana wayuu atamüinree; Eejeerü süpüla anaa akauwa´pa sükalujutin shia ka´i.

Si hay indígenas el turismo debe ser responsable e incluso con estos, si no se convierte en un instrumento para la degradación de la sagrada cosmovisión de los originarios.

Transitar por el desarrollo turístico mundial señala sin lugar a duda aquellas máximas filosóficas que reza, “Las civilizaciones pasan, aquello que no pasa es su cultura”. De manera que la oferta turística esta llena de improntas que desde el génesis de la humanidad indican que a lo humano le interesa lo humano, incluso más allá de su entorno y de sus necesidades. El contacto entre los visitantes y el nativo crea un vínculo que trasciende lo individual y lo genera un espacio para el intercambio de las verdades humanas siendo la excusa perfecta el turismo.

Sin embargo, una actividad de este tipo, basada tan solo en el negocio y beneficio del que opere, sin rastro de prosperidad para el que recibe y acoge al visitante, y aun mas para el que observa la destrucción inexorable de su hábitat y de la depredación de sus usos y costumbres, no es el nuevo turismo. El que vislumbramos es aquél que se basa en la oportunidad del crecimiento humano, en la no desvalorización de las tradiciones y costumbres, en el resguardo de la identidad del ser, del culto a la naturaleza, a la estética, en fin un turismo sostenible, como dirían los teóricos del tema.

La definición más cercana de lo sostenible es sin lugar a duda el Ecoturismo, modalidad que se centra principalmente en los desplazamientos humanos hacia espacios naturales con fines turísticos constituyéndose en una oportunidad para la conservación de los ecosistemas que componen el atractivo, sin ocasionar daño a sus recursos naturales y haciendo prosperas las comunidades cercanas o propias del destino.

El turismo sostenible ha migrado hacia otras modalidades que permiten incluir a sectores con alta depresión economía, atendiendo que el peor problema ambiental que existe es la pobreza, y que gran parte del impacto ambiental que se genera en los orbes viene asociados a los altos niveles de degradación humana y a la depresión demográfica que imposibilita el ejercicio de los derechos humano y el acceso a las condiciones mínimas que resguarden la dignidad humana de los sectores marginados de la sociedad.

Cuando algo intenta parecerse, pero no es:
el juego de la no verdad se establece en las sociedades como un elemento de distorsión que genera crisis y confusión en la asunción de posturas criticas antes situaciones que pudiesen ser provechosas para el crecimiento humano y la conservación planetaria, pero terminan siendo la antitesis de su origen, tal es el caso del turismo sostenible.

En la actualidad existen un furor mundial por el verde, europeos, asiáticos y norteamericanos son demandantes por excelencia del ecoturismo, encontramos destinos que centran su oferta en esta modalidad, Costa Rica, África Central, Brasil, Ecuador y Perú tienen fortalezas insoslayable con respecto a este. Pero hay otros lugares como la amazonia brasileña, islas del Caribe y Venezuela, que afectan a una ardid, salvo honrosas excepcionales, al decir que desarrollan esta actividad y en realidad sus operaciones no se diferencian en lo absoluto del turismo convencional de masas.

Y esto se puede asegurar, por ejemplo en el caso Venezolano, en los distintos selváticos o naturales a la participación comunitarias en las actividades turísticas es de observador, hay un impacto creciente en los ecosistemas naturales por prácticas inadecuadas. Además la promoción se basa en conocer indígenas y compartir con aquellos en dinámicas de etnoturismo.

Estas prácticas no han sido consecuentes con la dignidad humana de los pobladores originarios. La introducción de las operaciones turísticas en el hábitat indígena ha traído consigo transculturación, enfermedades, degradación ambiental y explotación humana. En algunos casos desplazamiento de su territorio en nombre del desarrollo turístico. Incluso, muerte despiadada y pérdida en la conexión con su cosmovisión misma.

En resumen el turismo para, por y con indígenas, es hoy una realidad, sus antecedentes se remontan al final de los años ochenta en Canadá, donde surge la experiencia de buenas practicas turísticas realizado por indígenas liderada por la Asociación de turismo indígena del Canadá, replicando experiencias surgidas con nativos en Honolulu y Hawai, los cuales definieron la no profanación de sus lugares sagrados y garantizaron a sus generaciones el orgullo de sus estirpe y la importancia de difundir su culturas en el intercambio con los turistas.

En América Latina, los modelos de turismo indígena que tiene mayor fortaleza están en México, Guatemala, Brasil, Perú, Bolivia y Argentina, recientemente Colombia y Venezuela se suman a esta experiencia, desde la cosmovisión indígena que surge hace un poco mas de veinte años.

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